viernes, 20 de diciembre de 2013

Cuando se acaba una etapa...

Siempre que algo se acaba, sientes que una parte de ti se queda en ese estado. Supongo que cuando comienzas una etapa no te planteas qué pasará cuando todo se acabe, o peor aún, no eres capaz de ver el final. Te instalas en ese momento y por un tiempo crees que nada cambiará, que la vida se parará y todo se mantendrá en stop. ¡¡¡¡ Pues no!!!! 



De pronto un día te despiertas y es el último que irás por ese camino, atajando por calles que después de quince meses te conoces de memoria... Dejarás de cruzarte con esas personas con las que día a día durante más de un año has compartido un cachito de acera, o con aquellos compañeros que te acompañaban los últimos metros a clase... y ya nunca más entrarás en ese edificio que aunque la primera vez que lo viste pensaste lo feo que era, ahora le has cogido cariño. Ese ascensor que tanto tardaba en bajar, esa clase tan enorme en la que pasaste horas y horas, esas salas de ordenadores en las que pasaste más horas aún... las palmeras de chocolate en tardes de trabajo en grupo, los "vamos al mono a desayunar" o "al secreto", esos profesores que despertaron en ti ganas de emprender, exámenes, correr para imprimir eso que tenías que entregar, y las presentaciones de trabajos, esas temidas puestas en escena que poco a poco era como estar en casa... en fin, mientras estás en la etapa lo ves un camino eterno, pero una vez que pasa, es como un abrir y cerrar de ojos.


No me gustan las despedidas, es algo a lo que no me acostumbro, pero lo más bonito de las historias que tienen principio y fin es saber que ha merecido la pena porque has estado acompañado de personas que han hecho este tiempo más feliz. Y ésta vez así ha sido. Hay que plantearse que en cada etapa hay que darlo absolutamente todo, siendo auténtico y luchando cada día por esforzarnos en ser mejores, si cuando finaliza ese tiempo has conseguido ser mejor persona, has sacado matrícula de honor en tu propia vida.

Claro que las partes feas de la historia también existen, y te topas con momentos, con personas y con circunstancias que te hacen pasarlo mal y que te hacen replantearte un "¿Qué hago yo aquí?" pero esas piedras en el camino son lo que te tiene que hacer levantarte con fuerza en cada tropiezo, lo que de aliento y lo que te recuerde que tú puedes con todo lo que te propongas. ¿Si o qué? Claro que sí! 



Hoy se termina una etapa en mi vida, más importante de lo que nunca pensé, creo que después de esto estoy preparada para tantas cosas que es cuando te planteas ¿y ahora qué? Pues a empezar otra etapa.

En cada final, hay que coger fuerza para el siguiente principio, siendo consciente que de nuevo todo tendrá un the end. Pero no por ello dejando de disfrutar de cada instante, porque la vida te regala momentos únicos.