Hay momentos en la vida que te llenan de inspiración. Duran unos pocos minutos pero te sientes el amo de lo que te propongas, yo los llamo "Flash de creatividad". Se trata de pequeños momentos en los que tu mente viaja a otro lugar y se te ocurren cosas increíbles, un viaje loco, un invento, un cuento, un baile, no sé... nuestra imaginación puede volar tan lejos como nosotros queramos.
Hace poco tuve uno de esos momentos, y me di cuenta que a mí lo que me inspira es la música. Nunca he sido una amante de ningún grupo en concreto, ni he sido de los que llegan a casa y se ponen la música, o de los que se saben todas las canciones del mercado. Yo he sido más de escuchar lo primero que salía en la radio cada vez que me he subido al coche... pero he de reconocer que al fin he comprendido el significado que tienen esos sonidos prodigiosos.
Justo hace unos días salia del trabajo a toda prisa, para cruzarme de nuevo con el atasco diario de vuelta y de pronto sonó una de esas canciones que tienen de todo. Primero comienza suave, intentas localizar en tu registro de canciones de dónde viene esa música, sabes que la conoces pero no lo recuerdas bien. En tu cara se pinta una sonrisa cuando oyes los primeros acordes y justo cuando comienza el cantante a pronunciar las primeras sílabas, ¡ZÁS!...¡Te sabes la canción! Entonces tarareas las primeras estrofas con algo de timidez, hasta que esperas con ansia que llegue es estribillo y es entonces cuando subes el volumen a todo lo que dá la radio de tu coche y empiezas a cantar bien alto aquellas frases. Esa canción te recuerda varios momentos de tu vida, y sin comerlo ni beberlo empiezas a emocionarte.
Luego llega la parte en la que tu imaginación vuela y empiezas a organizar planes en tu mente, quedar con un amigo que hace tiempo no ves, una escapada romántica, una sorpresa para tu familia... ¡¡¡Cualquier cosa!!! Y crees que estás en el mejor momento de tu día, con ganas y fuerzas para seguir adelante, con ganas de ayudar a los demás, de ir corriendo a abrazar a los que más quieres, te sientes en definitiva feliz.
Pero claro no todo puede ser estar en la cresta de la ola, y entonces, justo a la velocidad que la canción comienza a ir más lenta, tú miras el reloj, sigues llegando tarde allá a donde ibas, los coches siguen en atasco, aunque ahora lo ves de otra manera. También recuerdas lo cansada que estás y te dan ganas de que la canción no termine para poder seguir disfrutando del momento álgido.
Fue entonces, cuando me dí cuenta que la vida es como una canción. Habrá momentos alegres y tristes, habrá ocasiones que tendrás ganas de gritarle al mundo que eres feliz, y otras en las que querrás dejar de cantar. Otras veces querrás vivir una balada tranquila y romántica con aquella persona que amas. Habrá momentos de canciones muy movidas para bailarlas con tus amigas.
También vendrán estribillos de muchos tipos, con más ritmo y con menos ritmo, pero todos los vivirás tú, porque las canciones de la radio no se pueden pasar rápido o despacio, tienen que ir a su ritmo, como tu vida. Habrá veces que quieras ir más deprisa y que busques una canción folclórica y la vida te de una canción de sacar lagrimilla. Pero no por ello deberás de apagar la radio.
Tendrás que aprender a disfrutar cada momento de la música, no esperes a que acabe la canción para recordarla en tu cabeza, no valdría la pena... mejor ¡¡Cántala a lo loco y disfruta de cada nota!!
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