viernes, 9 de agosto de 2013

Sueños: consumir preferentemente antes de... ¡Deja de soñar y cumple sueños!

¿Cumplir sueños? ¿Cuándo? En un mundo en el que todo se empaqueta y en el que todo se mira con fechas limites... yo me pregunto, ¿los sueños llevan reloj? o ¿ no les hace falta?
  A veces tenemos tanta prisa por llegar que se nos olvida a donde íbamos.
  Claro que otras veces vamos tan despacio que no somos capaces de levantarnos del sofá mientras miramos un reloj que cuelga en la pared.
  Ni tanto ni tan calvo, como dicen muchas abuela, la virtud está en el equilibrio, ¿para qué cmplicar si puedes coger el camino más fácil?

 
 
 
     Todos los dias soñamos, pero hay dias que algo nos para y nos proponernos dejar de soñar y empezar a cumplir objetivos.
 
   Hace unos meses tuve uno de esos dias, y todo comenzo asi...
A las 11.00 en punto debía estar en una de esas largas calles de Madrid, con un número largo y quizás demasiado lejos de mis sueños. Pero ahí estaba yo, puntual.
El paisaje era ya conocido, aunque fuese la primera vez que alli estaba: Un portal antiguo, un conserje cansado sentado al otro lado de la mesa, gente entrando y saliendo, oficinas, moviles sonando.. en fin, lo de siempre. Me toca subir a la primera planta, letra E pasillo segundo, número 14. Fácil, aunque aún queda camino.
Lo que me temía, entro pero no hay nadie a la vista, sin pensarlo dos veces levanto la vista, y comienzo a pisar fuerte en dirección al fondo, haciendo ver que estoy tan segura de mi misma que mis tacones chocan con fuerza en el suelo de madera, el ruido es demasiado fuerte para ser quien soy yo. La función va a comenzar.
Antes de que me dé cuenta, una chica chic me espera, sus tacones son el doble que los míos, ¡me duele solo con mirarlos!




   El resto de mi tiempo allí se pasó contestando preguntas, ¡¡como si fuera una defensa en un juicio!! ¿Luchar por un puesto sin buenas condiciones?
Sé que no son buenos tiempos para los soñadores (¿O SÍ?), pero a mi no me vale la pena, yo a esto lo llamo APROVECHARSE. 
Aún así sonrió, me duelen más los pies que el orgullo y pronto ya es hora de marcharse.
Esta vez de verdad, no voy a volver a ponerme tacones para una entrevista de trabajo, yo no soy una chica de alturas, me gusta ver la vida a fuego lento, muy de cerca.

Así que vuelvo a casa,y lo primero que hago es ¡tirar a la basura estos incómodos tacones!
Cosas que siempre dije y que nunca cumplí, pero hoy es de esos días que empiezo a tachar cosas de mi listado y ¿sabéis?, hoy he creado este blog.  


Zapatos de tacón dolorosos a la basura = ser yo misma y en plano, mucho mejor.



Bienvenidos a El Amarillo de los Viernes, un lugar en el que los brotes verdes siguen creciendo.


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