viernes, 23 de agosto de 2013

Trocitos de FACILIDAD

¿Quién no ha estado en una rotonda esperando varios minutos de más porque no sabe si los coches que vienen por su izquierda salen o continúan la rotonda?
 Con tan solo encender una lucecita (el intermitente) los coches podrían señalar hacia qué carril salen y avisar a los demás usuarios para que puedan continuar su marcha y así ¡¡no desesperarse de esperar!!





Solo con un gesto, un gesto que facilita a los demás la vida. ¡Pero como este hay millones! Y es que es cierto es que el coche es un gran ejemplo para "ser facilitador de vidas", ahí van unos cuantos:

Un día un señor que tenía mucha prisa dejó el coche en doble fila, tan solo eran cinco minutos pero por la prisa que tenía no pensó en nada más que en llegar a tiempo. Miró el reloj de la cafetería de la esquina, las 12.20 horas. No iba a tardar.






¡Solo 5 minutos! ¿Y qué pasó durante esos instantes?

Esa mañana una mamá que paseaba con su bebé en el carricoche por el lugar tenía que cruzar la calle. Pero al querer atravesar por el paso de cebra y mirar a derecha e izquierda por si venía alguien, el coche de aquel señor le tapaba visibilidad. Tras varias intentonas, desistió por no poder ver bien y caminó para cruzar más adelante por otro paso de cebra. Un pequeño esfuerzo que con el calor de un mes de julio en Murcia, y el cansancio acumulado, pues le costó más.

Al poco rato un coche tenía que esquivar al coche parado para poder pasar, con tan mala pata que era un novato de L y las maniobras le costaron más, lógico por la poca práctica. La pequeña cola de coches que formó y los insistentes pitidos de algún que otro desesperado lograron que el chico se pusiera cada vez más nervioso y el disgusto le duraría todo el día.

Y mientras, una abuelita ya entrada en años dormía su siesta de la mañana, justo en el primer piso de un edificio demasiado cercano. Los ruidos de claxon la despertaron con un sobresalto que hizo que su hija, que estaba en casa con ella, se asustase por unos instantes. 

Cuando ya llegaba aquél señor, el reloj de la cafetería marcaba las 12.28, habían pasado solo 8 minutos, ¿solo? El señor sonrío porque todo estaba tranquilo, su coche estaba en el mismo sitio en el que lo había dejado y no había ninguna nota en el parabrisas que anunciase una multa. Pensó, ¡qué suerte he tenido! ¿Suerte?
Esto es solo una historia más, pero ¡¡si fuéramos conscientes de que nuestros gestos facilitan la vida a los demás actuaríamos de otra forma!! O al contrario, nuestros gestos pueden complicar la vida de los que nos rodean.

Otra historia con final más bonito y gracioso, un sábado por la noche de agosto la entrada de La Manga estaba, como de costumbre, a rebosar de coches. En cada oportunidad de avanzar, los coches no dudaban en continuar hacia adelante… Mientras, un coche pedía paso para incorporarse desde una calle lateral. Nadie absolutamente nadie dejaba pasar a aquella mujer, hasta que alguien frenó, le hizo un gesto con la mano y el coche pudo pasar.
 Inmediatamente se paró en medio de la carretera, y entre los pitidos de los coches, se acercó al amable coche que le dejó pasar y le gritó:  “Tú sí que eres buena persona, ¡Gracias!”. Todos los que allí estaban aprendieron una gran lección, cualquiera de ellos podría haber sido aquel coche, ¿cuántas veces pides paso y tienes que esperar a que alguien te lo ceda? Las sonrisas fueron más fuertes que el bullicio de los coches y aquella mujer hizo pensar a todos.


 

Es tan simple facilitar a los demás la vida, que solo hay que ponerse en el lugar del otro, ¿estorbaré si dejo mal el coche? ¿Despertaré a alguien si hago sonar muy fuerte el claxon? ¿Pongo el intermitente en una rotonda?

Solo con pequeños gestos, una sonrisa, un “esto me gustaría que me lo hicieran a mi”, un te dejo pasar, un ¿te ayudo?.. ¡Solo eso!
 
 

          Yo voto por pequeños gestos que faciliten la vida ¡Apúntate!

FELICIDAD VS FACILIDAD: Dos palabras que se parecen mucho y hablan de lo mismo, al menos para mí.
 
Yo quiero ser FACILITADORA DE VIDAS, ¿Y tú?


 

 

   

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