Todos los años es igual pero diferente. Siempre nos da cierta alegría que llegue nuestro cumpleaños, a mi por lo menos me hace trasladarme a esas celebraciones en las que mi madre preparaba una merienda con mis amigos del colegio. Y nunca faltaban monas y trozos de chocolate. Eran tiempos en los que hacía una lista de quien quería que asistiera, y tras varios borradores (no podía invitar a toda la clase) por fin lograba tener mi lista. Recuerdo esa ilusión de esperar a que llegase el día y por supuesto especialmente esperaba con ansia en momento de soplar las velas.
Solía pedir un deseo sobre la marcha, porque al llegar el momento, rodeada de tantas personas, y una canción a mi gusto poco acompasada, mi mente tenía que elegir rápido un deseo que de veras creía firmemente que se cumpliría.
Supongo que no tardé mucho en darme cuenta que hay deseos de muchos tipos, unos que se cumplen por la simple circunstancia de la suerte, llamada también chiripa o "estar en ese preciso momento mientras ese instante ocurría" y otros que ni toda la suerte del mundo podría ayudar a que se hicieran realidad, supongo que aquí entra el deseo que todos buscamos en la vida "ser feliz". hay deseos casi de cosas estúpidas tales como "ojalá que quede una barra de pan integral en la panadería", hasta sueños con mayúsculas, cuando has marcado un objetivo en tu vida y de veras deseas que se cumpla. Claro que aquí no hay hadas madrinas que te tocan con su varita y esa noche se hacen realidad tus sueños más añorados...
Aquí hay muchos factores que influyen. Y me atrevo a decir que dentro de ese "muchos factores" solo hay uno que realmente es importante: TÚ. Esto se llama, esfuerzo, ganas de trabajar, poner ilusión, darle la vuelta al punto de vista... en definitiva ¡Poner lo mejor de ti! ¡El factor suerte no podemos dominarlo, pero el TÚ depende solamente de TI! No busques excusas fuera, solamente depende de ti que consigas tus sueños.
Y si no los logras, solamente TÚ puedes cambiar ese deseo, o mejorarlo, o hacer que llegues lejos, porque quizás a veces no cumplimos lo que queremos porque en realidad no es aquello lo que nos viene bien o quien sabe, a veces los objetivos que nos proponemos son demasiado ambiciosos, o al contrario, no están a nuestra altura.
Es por eso que no hay que obcecarse con "esto no me sale bien", "tengo un mal día", "todo me va mal"... No existen los días malos, solo son momentos que nos empeñamos en alargar,
¡No dejes que algo malo te ocupe todo un día! ¿De verdad vas a dejar que un bajón dure 24 horas? ¿Para qué? ¡TRANSFORMA ESO EN ALGO BUENO! Lucha contra las adversidades, hay cosas que no dependen de nosotros, pero la gran mayoría sí.
Haz que cada día te sientas orgulloso de ti mismo, que cada paso que des sea hacia adelante y si en algún momento caes, no tengas miedo. Tómate tu tiempo para levantarte y lo hagas con tanta fuerza que cojas impulso para dar de un salto tan grande que adelantes los pasos perdidos.
Échale ganas a la vida, pon ilusión en tus proyectos, haz de tus días objetivos cumplidos y que no te haga falta soplar unas velas para pedir sueños.
Claro que en tu día especial tómate tu tiempo, escoge bien y cuando empiece a sonar la canción tengas preparado ese gran deseo para pedirlo. Nunca hay que perder la gran ilusión de que se cumplirá, como cuando eras un niño que esperaba ansiado el día de su cumpleaños.
genial!! algunos sueños solo dependen d nosotros..a por ellos
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